2/15/2012

La Tentación del Alcalde

Opinión, Roberto Tinoco



Las acciones recientes del Alcalde Petro sirven para esgrimir algunas hipótesis en torno a su pensamiento político. En primer lugar, la negación del CONPES que trazó la construcción de la ALO en Bogotá muestra su actitud de no respetar aquello en lo que no se encuentra de acuerdo. En segundo lugar, la decisión tomada ante el Concejo de Bogotá, de manera tajante y directa, nos muestra su carácter centralizador y autónomo. Y en tercer lugar, el desarme ciudadano va de la mano con la idea de evitar el surgimiento de milicias civiles.


Digo estas cosas no por qué me encuentre en desacuerdo con sus acciones, las cuales comparto en cierta medida, e incluso es preciso decir que las mismas decisiones han sido tomadas por predecesores y no han sido vistas de esta manera. Lo digo con gran confianza porque hoy en día me encuentro pensando lo que la denominada izquierda es. Por un lado encontramos una ideología totalizadora, estatista al ciento por ciento y cuyo control de los ciudadanos lo ejerce el Gobierno en su totalidad. Sin embargo, en la actualidad encontramos una nueva ideología que deriva de la mencionada, pero que ha establecido mecanismos diferentes de acceso al poder manejando la esencia del autoritarismo. Estamos hablando del comunismo y el socialismo respectivamente.


Ahora bien, lo que hace pensar que la ideología denominada socialismo no ha variado su objetivo totalizador pero sí sus estrategias de lucha son aquellos autores como Gramsci que pregonan realizar cambios profundos en el pensamiento occidental y por demás, en la misma forma de actuar de los individuos, para que el Estado Comunista triunfe verdaderamente en estas latitudes. Y para colmo de males, el lema socialista lo comparten hoy en día Chávez y sus amigos concentradores de poder, lo que pone aún más en evidencia la hipótesis planteada.


Todo esto para mencionar que el actual alcalde de Bogotá tuvo inicios en este tipo de ideologías y aún en el planteamiento que el Alcalde no siga los consejos de Gramsci y otros, existe la posibilidad de que el alcalde tienda a la actividad estatista, arbitraria y centralizadora, máxime si se tiene en cuenta que el Concejo de Bogotá no es la entidad estatal más transparente de Colombia y que los CONPES corresponden a esferas de carácter nacional que muchas veces no se articulan con intereses locales, lo cual justificaría acciones de este tipo.


Por lo anterior, considero que la sociedad civil, militar y política debe estar muy sigilosa ante cada una de las acciones que realice el Alcalde, proyectando a futuro las consecuencias de sus decisiones, las cuales por el momento, corresponden a una persona que se siente tentada diariamente a centralizar el poder en sus manos.

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