3/16/2011

La importancia de la familia en el desarrollo cultural

“Una analogía entre la tradición genética y la tradición cultural”

La cultura, su modificación, transmisión y preservación ha sido uno de los debates más importantes que se ha abarcado en el estudio de las dinámicas sociales. Pues desde los más profundos estudios sociológicos hasta las teorías de Darwin han pretendido determinar de qué factores depende el comportamiento de los individuos y como este comportamiento se aprende y replica de una generación a otra. Basándome en esta búsqueda estableceré una analogía entre la manera en que se transmite la genética y la manera en que se transmite la cultura. Esta relación analógica también se puede aplicar entre los eventuales cambios que se evidencian en las dinámicas sociales de una determinada población a través del tiempo y la teoría darwinistas de la selección natural. Teoría que pretende explicar la manera en que la genética de los individuos cambia y se adapta a diferentes condiciones medio ambientales. Esta analogía nos permite comprender de qué manera las sociedades humanas transfieren su cultura de una generación a otra, con unas ligeras variaciones cuyos efectos se evidencian en el éxito o el fracaso del individuo, que de ser exitoso propiciara una tendencia social a ser imitado por los demás individuos de dicha sociedad, generando un desarrollo social que se produce preservando en todo momento una tradición cultural que garantice el orden y correcto funcionamiento de dicha sociedad.

La cultura se debe entender como una variación del comportamiento, adquirida y mantenida a partir del aprendizaje social, tornándola como algo convencional en la naturaleza, que no depende de determinaciones voluntarias de los individuos, y que muy difícilmente puede llegar a modificarse debido a un consenso social. Este comportamiento se transfiere de una generación a la siguiente a través del marco institucional de la familia, pues las conductas del padre son aprendidos por el hijo debido a una natural practica de mimesis característica en la infancia. Es decir el infante reproduce las actuaciones que observa en sus padres. Es así como características de la conducta trascienden de una generación a otra de un modo vertical creando lo que se podría determinar como una “tradición cultural familiar”.

La relación analógica existente entre la tradición cultural familiar y la tradición genética radica en la similitud de la transmisión de valores culturales de una generación a la siguiente y la teoría darwinista de la selección natural que explica como valores genéticos son transferidos o no a través de la descendencia. Pues la genética, (al igual que la cultura) es un conjunto de patrones que se heredan, y se transmiten de padres a hijos con unas pequeñas variaciones que pueden resultar favorables o desfavorables para el individuo y por ende para la especie. De esta manera podríamos relacionar analógicamente la cadena del ADN y la variabilidad genética con la tradición cultural y la variabilidad de comportamientos, es decir, con esos cambios esporádicos que ocurren y que son imitados por las siguientes generaciones. Pues por ejemplo si en determinada sociedad existe un individuo que por una variación en su comportamiento es especialmente hábil para desenvolverse en su ámbito social, otros individuos de la siguiente generación trataran de imitarlo, incluso aunque no tengan la facilidad para desarrollar dicha habilidad. Este es el aprendizaje social. Cuando este aprendizaje se torna común se genera un desarrollo social. De esta manera los patrones que resultan útiles se conservan y se transmiten a la siguiente generación y los que no quedan en el pasado y en la memoria o en la historia, garantizando un proceso evolutivo que se establece como un patrón de comportamiento que entrara entonces a formar parte de la tradición cultural que se heredara a las nuevas generaciones.

De esta manera se concluye que cada individuo representa una tradición que se ha forjado durante generaciones y que si bien pueda que esta tradición cambie, evolucione o se modifique de acuerdo a un contexto determinado, muy difícilmente lo haga de manera significativa, pues en muy pocas ocasiones los individuos tratan de cambiar algo de su propia cultura por una razón de conciencia y lo logran. De manera que es clara la necesidad de conservar y defender la familia y más específicamente de defender la tradición familiar para garantizar el correcto funcionamiento de la sociedad y el proceso de desarrollo cultural que se da a partir de la memoria, la familia y la tradición.


Juan Sandoval León/Opinión


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